Santuario de La Santa (2004)
Las siguientes bienaventuranzas resumen el espíritu del Camino:
Bienaventurado el peregrino… Si descubre el camino y abre los ojos a lo que no se ve. Si lo que más le preocupa no es llegar, sino llegar con los otros. Cuando contempla el Camino y lo descubre lleno de nombres y amaneceres. Porque descubre que el auténtico Camino comienza cuando se acaba. Si su mochila se va vaciando de cosas y su corazón no sabe donde colgar tantas emociones. Si descubre que un paso atrás para ayudar a otro vale más que cien hacia delante sin mirar a su lado. Cuando le faltan palabras para agradecer todo lo que le sorprende. Si busca la verdad y hace del Camino una vida. Si en el Camino se encuentra consigo mismo. Si descubre que el Camino tiene mucho de silencio; y el silencio de oración.